jueves, 25 de febrero de 2016

Horacio Quiroga fue un escritor uruguayo, vivió la mayor parte de su vida en Argentina y mostro gran aprecio por el territorio de Misiones y la selva que rodeaba a este plasmando las características del territorio en varias de sus obras. “El desierto” de Quiroga es un libro que está divido en tres capítulos y guarda once cuentos:

Capítulo I
-         -  El desierto
-        -   Un peón

Capítulo II
-          - Una conquista
-          - Silvia y Montt
-         -  El espectro
-         -  El síncope blanco

Capítulo III
-          - Los tres besos
-          -.El potro salvaje
-          -El león
-          -La patria
-          -Juan Darién

Cada cuento guarda cierto misterio que te atrapa desde la primera página, los personajes siempre en mi caso particular me robaron una sonrisa de asombro o una lagrima por el sentimiento que te transmite, porque aunque los cuentos fueron escritos ya hace mucho tiempo, las características que guardan cada personaje se asemejan mucho a alguna persona que uno ha conocido en la actualidad, contiene cuentos donde el personaje central es un animal y en la historia deja un mensaje o una reflexión como mínimo.
Los cuentos que me conectaron más son: El desierto, Un peón, El sincope blanco, El potro salvaje y El león.
El desierto cuenta la historia de un hombre y sus hijos pequeños, este hombre tiene la responsabilidad de educar a sus hijos él solo, viven selva adentro y los ha educado baja la misma línea de carácter, que involucra enseñarles a recorrer las diferentes zonas del lugar con precaución, a no temer más allá de lo que él les ha dicho que deben temer, es un padre amoroso que da la vida por sus niños, todos los días se levantan puntuales al amanecer y realizan sus tareas. Sin embargo, tienen un problema con piques, animalitos inofensivos que caminaban por la piel de los pies y se incrustaban poniendo sus huevecillos, Subercasaux como se llamaba el padre tenía una herida que se le contamino con lodo podrido del rio, al no poderla curar, se le ha complicado tanto que está muriendo, ya no se levanta a cuidar a sus hijos y advierte su muerte, por lo cual los llama junto a él y les explica la situación, les dice que quedaran solos porque en unas horas dejara de vivir y por tal deben cuidarse, se despide de ellos pidiéndoles un beso a cada uno y se desvanece, los niños quedan en la casa solos, mirando de lejos la puerta entre abierta donde yace su padre ahora muerto.

El síncope blanco cuenta la historia de un hombre con problemas cardíacos que debe ser operado, en el momento de la cirugía es adormecido con cloroformo, al estar inconsciente él se ve en un lugar al que llaman síncope azul, lugar al que llegan los hombres que están siendo operados con cloroformo y deben esperar a que termine la operación para ver si viven o mueren. Existe otro lugar llamado el síncope azul lugar al que llegan las personas para no salir más.
En este lugar el conoce a una mujer, pasa largo rato platicando con ella, como si se enamorara, paso toda su vida en el mundo terrenal y nunca la conoció, quizá se cruzaron alguna vez en la calle, pero fue hasta ese lugar donde se conocieron, la incertidumbre de saber si al despertar la volverá a ver lo carcome hasta que despierta en la sala de operaciones, ahí el doctor le pide que descanse a lo que su primera reacción fue saber de la mujer que había conocido – una mujer que ha sido operada antes o a la misma hora que yo – es el único dato que tiene, le pide al médico lo ayude buscando entre los demás pacientes si hay una mujer con esa característica, en efecto hay una sola mujer, una enfermera, pero ella ha muerto. Ahora aquel hombre solo la recuerda con aquella sonrisa dispuesta a espéralo en aquel lugar, en el síncope blanco.

De este tipo de cuentos se puede uno llenar la mente a través de la pluma de Horacio Quiroga, en el libro. “El desierto”.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me llamó la atención el libro por tus comentarios, pero al leer tu narración de algunas historias, se me hicieron un poco tristes :(