viernes, 7 de febrero de 2014

Un  mundo feliz




“El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce el máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás.”

Aldous Huxley, novelista, filósofo y escritor de origen británico, con una brillante trayectoria profesional que remonta desde los veintidós años de edad, con su primer obra titulada, The Burning Wheel (1916) por medio de la cual demuestra enfrentar  la  enfermedad que tenía en los ojos que le producía opacidad en las córneas, misma que lo dejaría ciego por año y medio. Y a pesar de que  esto  lo encaminaría  a estudiar una carrera diferente de la que pretendía en un inicio, fue caracterizado por hacerle frente a su problema con admirable optimismo y fortaleza a pesar de su corta edad,  y a graduarse más tarde en Literatura Inglesa.

Tras una larga trayectoria,  sería dieciséis años después cuando la obra Un mundo feliz le daría lugar a la fama y distinción con la que actualmente  es reconocido. Ya que es catalogada por muchos como su mejor novela.



Es una novela futurista que describe un mundo mecanizado, sometido y dirigido por el ambiente científico. En el que la sociedad es engendrada artificialmente, permanece controlada y su vida condicionada a seguir las reglas específicas que los encaminarán  a vivir felizmente, de acuerdo a lo que se les ha enseñado que es la  felicidad.
Los individuos que lo integran son creados científicamente para vivir sin sentimientos, sin la capacidad de pensar por sí mismos, conformándose y aceptando lo que se había predestinado para ellos. La sociedad es dividida por estratos o castas con características específicas, entre cada una  (como apariencia física, inteligencia y demás) separando a los seres considerados superiores de los  inferiores. La creación de esos seres predestinaba   su integridad, educación  moral e intelectual. 

Comparado con la realidad actual, ese mundo feliz está regido por una serie de normas o costumbres sociales completamente contrarias a las que son aceptadas o correctas en la actualidad. En el libro aparecen dos personajes que muestran con claridad la diferencia entre un mundo y otro. Lenina representa el mundo feliz descrito por Huxley y ella como los demás habitantes corresponde a las características de la sociedad. En la contraparte de ese mundo está John un joven apartado de esa civilización con una filosofía y forma de actuar diferente a la que es dictaminada por los otros, siendo rechazado o mal visto por la sociedad que integraba ese mundo.

La obra me hace pensar y reflexionar acerca de la actitud que los habitantes mantienen, analizando  y comparándolo con lo que se vive actualmente. En lo que se refiere a la aceptación de normas, costumbres o leyes sin ser capaces de discernir entre lo que es justo de lo que no, o peor aún mantener una actitud conformista e indiferente ante los problemas sociales que se manifiestan con el día a día.
Con esa obra el escritor advierte de alguna manera lo que podría ser nuestra realidad social en el futuro, manejada y dirigida científica y tecnológicamente por una dictadura.

“Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo.
Aldous Huxley



2 comentarios:

Xime dijo...

Mi opinión sobre este libro es que en parte tiene mucha razón al decir que nuestra felicidad depende de los criterios, situaciones, reglas y normas con las que hemos crecido, ya que estas nos dicen cómo actuar y así mismo nos van diciendo que es lo que debemos de tener en la vida para poder ser felices. Lo cual me resulta muy interesante

Unknown dijo...

Me pareció muy buena tu reseña, bueno y nos damos cuenta como estas historias que comenzaron estando en un libro poco a poco las vamos encontrando en nuestra realidad.