En este libro el Doctor en Biología Diego Golombek nos
presenta datos y resultados de diferentes investigaciones que tienen como
objetivo comprobar la existencia de Dios en el cerebro humano. En general el
libro me gustó, me parece una perspectiva adecuada para abordar la constante
lucha entre ciencia y religión, además de que es una lectura amena y llena de
datos curiosos que despiertan el interés del lector. Considero que los puntos
más relevantes de la lectura (o al menos los que más me gustaron a mí) son los
siguientes:
Menciona que las conductas religiosas son una parte innata
de la sociedad, cuenta diferentes estudios realizados a la población donde se
concluye que la religión ayuda a regular la conducta humana a través de los
diferentes mandamientos que cada grupo religioso se plantea, esta regulación
incluye que las personas se muestren más amables y dispuestas a cooperar con
los demás, más felices, satisfechos con ellos mismos y que las malas acciones
disminuyan.
La religión va más allá de valores y conductas morales
aprendidos en el hogar, se ha demostrado, por ejemplo, que cuando una persona
muy religiosa reza, se ponen a trabajar ciertas partes de su cerebro
equivalentes a las que trabajarían si realmente estuviera hablando físicamente
con otra persona. También ciertos problemas de salud, como la epilepsia, hacen que las personas tiendan a mostrar
conductas religiosas y en especial que presenten experiencias extrasensoriales
antes de sus crisis epilépticas. Sin olvidar que existen otros medios con los
que se logra tener contacto con divinidades: sustancias alucinógenas.
Pero va aún más allá de la actividad cerebral, el Dr.
Golombek plantea que la religiosidad podría tener origen por un factor genético-hereditario,
puede ser un fenómeno natural que no puede erradicarse porque está marcado en
nuestro código genético. Si recordamos en qué consiste la epigenética podemos
entender que la religión ha estado presente en la vida del ser humano por tanto
tiempo que ha dejado su marca en los genes humanos.
Finalmente hace una analogía donde menciona a la religión
como un virus de la mente (recordemos que los virus son parásitos obligados que
necesitan un huésped para sobrevivir), se cuestiona si la relación entre
religión y mente se trata de una simbiosis o un parasitismo. Finaliza el último
capítulo diciendo:
“…si la religión es un virus, la ciencia puede ser una vacuna”.
Si te interesó el libro aquí dejo un video sobre su presentación, también puedes escuchar la opinión del autor. :D
1 comentario:
Hoy empecè a leerlo y no va mal...
Publicar un comentario