El autor del libro “Si yo fuera presidente”Jenaro Villamil describe amplia mente la inversión que se
le ha dado a Peña Nieto dando a conocer que Televisa ha sido su mayor aliada
como empresa tanto en los espacios dentro de los programas de televisión como
en las revistas pertenecientes a esta empresa mostrándonos un análisis de su
personalidad y la trayectoria que éste ha seguido para llegar hasta donde se
encuentra, ayudado por personas dentro de la política (diputados, senadores, ex
gobernadores y los mismos ex presidentes de la república).
En el primer
capítulo “El gober en campaña” nos describe la trayectoria de Enrique Peña Nieto
por la política mexiquense siendo integrante del Grupo Atlacomulco, trabajando
al lado de Arturo Montiel, que después
lo llevaría a convertirse en gobernador del Edomex, llevando consigo la sombra de los líderes del
Grupo Atlacomulco Hank González e Isidro Fabela quien es considerado el fundador
este grupo. Transformando de esta manera a un gobernante en un reality show,
perfectamente producido, mezclando lo público con su vida privada.
Enrique Peña Nieto no sólo pretendía ser el candidato del
PRI a la Presidencia, sino que apostaba a que él era la fórmula perfecta para llegar a Los Pinos:
conjugando el padrinazgo político con la
publicidad televisiva teniendo como
aliado a Carlos Salinas de Gortari
Salinas seria entonces
la mano que peinaría el copete y Televisa ya no se conformaría solo con
sobornar o presionar a los diputados y senadores de la república, ahora escogería
a su propio presidente para así perpetuarse
detrás del poder; escogiendo a Enrique
Peña Nieto
Siendo de esta manera EPN una buena inversión para la
recuperación del partido la publicidad y marketing de televisa
JENARO VILLAMIL 2009. SI YO FUERA PRESIDENTE, EL REALITY
SHOW DE PEÑA NIETO.
Los virus Influenza
pertenecen a la familia Orthomyxoviridae, virus con genoma RNA de sentido
negativo segmentado.
Resaltan entre sus
principales proteínas la Hemaglutinina y la Neuraminidasa, que son utilizadas
en la clasificación de los miembros de este grupo. Estos virus mutan
continuamente, exhibiendo patrones muy estudiados, como el cambio y la deriva
antigénica, siendo uno de los principales eventos de recombinación el
reordenamiento. [1]
El nuevo virus surge
de un virus generado por triple reordenamiento con el virus humano, porcino
norteamericano y aviar, conteniendo a su vez segmentos génicos de virus
influenza porcina euroasiática.
El virus tiene que pasar obligadamente por un proceso
de mutación progresiva antes de dar el salto a los humanos.
La OMS recomienda para el tratamiento
de influenza tipo A los medicamentos, Zanamivir y Oselltamivir éste
último actúa contra la Neuraminidasa, proteína ubicada en la membrana del
virus. La controversia surgida en torno a la efectividad y efectos secundarios
de este tratamiento no se ha hecho esperar. Hay quienes afirman su
efectividad y quienes lo descartan calificándolo como ineficaz por la capacidad
de reordemiento genético que tiene el virus. Hay también quienes advierten
acerca de su ineficacia para el tratamiento y de graves consecuencias y efectos
secundarios entre los pacientes a los que se les ha administrado.
Se han hecho una serie de estudios para analizar la efectividad y
tratamiento, por ejemplo el consenso de los
organismos consultores en Inglaterra y Alemania recomienda los inhibidores de
la neuraminidasa (oseltamivir) para la terapia de la gripe en individuos de
alto riesgo, es decir, mayores de 65 años o menores de 2 años, y los individuos
con diabetes, immunosupresión, enfermedad cardiovascular, pulmonar o renal
crónica. Sin embargo, no hay acuerdo de si la terapia antiviral se puede recomendar
en general para niños y adultos previamente sanos. La disponibilidad de las
opciones antivirales seguras y eficaces se debe tener presente, mientras que
las recomendaciones y una formulación más específica de la política dependerán
de los datos adicionales de la eficacia, que incluyan la frecuencia de
complicaciones y de hospitalización como medidas del resultado.[2]
La
controversia continúa, no se han realizado estudios contundentes que permitan
retirar éste antiviral para el tratamiento contra influenza por su ineficacia o
efectos secundarios provocados.
"La defensa de Jean Succar argumenta que las niñas aceptaban dinero a cambio de tener sexo con Johny"
En un contexto social mexicano, donde la pornografía y la prostitución son sólo dos negocios lucrativos más que forman parte de la economía mundial avalados por el estado, y donde se castiga a las victimas y no al agresor, Lydia Cacho, reconocida escritora y periodista mexicana, autora de numerosas obras de importante impaco social en el país, decidida a romper el silencio, protesta (con esta obra en contra) de los abusos del poder, en este caso, de un abuso cometido por un pedófilo hacia la parte más inocente de la humanidad, los niños.
Jean Succar argumenta que las niñas "se le ofrecieron a cambio de dinero y el pobre adulto había caído en sus redes"
Lydia Cacho describe a la perfección el proceso completo mediante el cual se hacía de las niñas, desde el primer contacto, engaño a los padres y víctimas, pasando por todo el sufrimiento que pasaron hasta causar en ellas el Síndrome de Estocolmo.
"El abuso sexual infantil no es cometido por psicópatas, ni monstruos, ni bestias, es cometido por hombres con poder sobre sus víctimas" Al decir esto, los criminales actúan pensado que la niña es el objeto de su poder y placer, y por tanto tienden a actuar sobre su deseo. De la misma manera, la policía persigue, hostiga, extorsiona y encarcela a las mujeres que ejercen la prostitución, sin embargo nunca hacen lo mismo con las personas que las explotan, maltratan y esclavizan.
"En nuestra cultura, en la mente de los violadores y agresores, las
mujeres son las culpables por dos razones: por el hecho de ser mujeres y
por ser deseables para ellos"; de esta manera, Jean Succar actuaba y las autoridades y medios culpaban a las víctimas, dada la erronea acción causada por anticuadas y absurdas tradiciones culturales, resultó en una retardada y evasiva acción de las autoridades por capturar a Succar.
La lecutra del libro, desde mi parecer, resultó un tanto incomoda, dadas las dimensiones del problema, así como su explícita descripción de situaciones inhumanas por las cuales pasaron las víctimas de por lo menos 5 años de edad; a pesar de esto, es recomendable leer este tipo de lecturas sociales del país, para estar consciente de lo que ocurre realmente en el país, de esta forma, evitar que los delincuentes sigan en el edén y con esto, pagen por sus fechorías.
La siguiente reflexión da una impresión del sentimiento por el que pasaron las víctimas de Jean Succar.
Reseña redactada por Jiménez Gómez, Joel.
22/Marzo/2014
Bibliografía
Cacho, L., 2008. Los demonios
del Edén. Segunda ed. México: Grijalbo.
viernes, 21 de marzo de 2014
Los brujos del poder: el
ocultismo en la política mexicana
E
ste
es un libro que aunque pertenece al ámbito de Ciencias Sociales les aseguró que
les interesara mucho, ya que habla de los fanatismos tan “tontos” que tienen
algunos de nuestros mayores representantes de la política y de otros aspectos.
Iniciando
por el título “Los Brujos del Poder”, a mí me sonó, oh por qué brujos, y ya
internándome en la lectura nos explica de las creencias de estos políticos, de
los actos que hacen para que según generen suerte a su favor. Lo cual nos habla
del oscurantismo en el que viven y que nos hacen vivir. Así que también les
puedo garantizar que les sacará algunas risas y dirán o esperó que digan, ¿qué?
¿Quiénes son estas personas que toman decisiones por nosotros?, los
sorprenderá.
Ya
por último les contare algunas cosas como el que varios priistas tienen un
altar a un Ángel negro, o que Andrés Manuel López Obrador ha dicho que existe
un Fuerza Oscura ni que fuera esto Star Wars, y al final mencionare a Marta
Sahagún quien hacia actos de mediación y fiel creyente de las “energías”.
¿Entonces?
espero que les interese leer este libro, y que no por ser de otro tema y no de
Biológicas se desinteresen de él. Fue muy grato por mi parte leer este libro,
así que espero y puedan leerlo.
Gil,O. J. (2008). Los brujos del poder: El
ocultismo en la política mexicana. México: DEBOLS!LLO.
“La silla presidencial, La Silla del Águila,
es nada más y nada menos que un asiento en la montaña rusa que llamamos la
República Mexicana”.
La silla del águila, una
obra interesante, que describe minuciosamente el entorno social y político que
el autor prevé para México en el año 2020.
La obra se relata por una
serie de cartas entre políticos y diplomáticos que tienen un fin común,
satisfacer sus expectativas y deseos a través de la presidencia de la república.
Cada uno, a su modo, se encarga de analizar la situación planear una estrategia
y manejarla a su conveniencia, manipulando, engañando y cometiendo cualquier
crimen que les permita obtener el fin específico esperado.
El autor logró captar mi
atención fácilmente, la historia era narrada por medio de cartas, describe los
intereses políticos y analiza al mismo tiempo las tácticas que cada uno emplea
de forma muy inteligente para lograr su cometido. Gracias a esas cartas es
posible conocer más acerca de la personalidad y el fin que cada político
perseguía. Se valen de ciertos intereses y siguen por conveniencia a quién ayudará
a cumplir su cometido. Mediante tales cartas, no solo se describe la
personalidad de los personajes principales, como el Presidente Lorenzo Terán,
Bernal Herrera, Cícero Arruza, María del Rosario Galván, Nicolás Valdivia. Con
ellos se pone en evidencia las bajezas, corrupción, chantajes, mentira, envidia,
asesinatos y demás a los que son capaces de cometer para obtener un fin. La
obra ha resultado controversial entre los políticos principalmente.
Pese a que la obra narra y
se sitúa en la política que Carlos Fuentes imagina para diecisiete años después, ésta se asemeja a lo
que se vive actualmente en México, por ejemplo, la dependencia política y económica que nuestro
país tiene con Estados Unidos esa dependencia sería puesta en evidencia
mientras Nicolás Valdivia tenía el poder presidencial. Para esto María del
Rosario Galván jugaría un papel fundamental, valiéndose de su inteligencia,
astucia y del poder de seducción que ésta tenía.
EDGAR ALLAN POE
...
¿Pero por qué dicen que
estoy loco?
Yo he escuchado todas las cosas
del cielo y de la tierra, y no pocas del infierno. ¿Cómo, entonces, puedo estar
loco? Observen con qué serenidad, con qué calma, voy a contarles esta historia…
Creo que era su ojo. Si...
¡Esoera! Uno de sus ojos se parecía a los del buitre. Era de un
color azul pálido, nublado por una catarata. Siempre que ese ojo se detenía
sobre mí, se me congelaba la sangre. Y así, poco a poco, gradualmente, se fue
apoderando de mi espíritu la obsesión de matar al anciano, y librarme para
siempre de aquella mirada.
Me creen loco, pero no
pensarían así si me hubieran visto, si hubiesen podido observar con qué
sabiduría, con qué precaución y cautela procedí... ¡con qué disimulo puse manos
a la obra!
Después de ocho noches…
Su alcoba se hallaba
profundamente oscura. Las ventanas estaban herméticamente cerradas por miedo a
los ladrones, y las espesas tinieblas envolvían toda la estancia. Absolutamente
seguro de que el anciano no podía ver nada, me disponía a abrir la linterna,
cuando mi pulgar resbaló sobre la perilla de la puerta, y el viejo se incorporó
en su cama, preguntando:
— ¿Quién anda ahí?
Sabía lo que estaba
experimentando el viejo, y no podía evitar una gran piedad por él, aunque
también otros sentimientos colmaban mi corazón.
Luego de haber esperado un
largo rato, me aventuré a abrir apenas la linterna. La abrí furtivamente, hasta
que al fin un rayo delgado, como el hilo de una telaraña, descendió sobre el
ojo de buitre.
Estaba abierto, íntegramente
abierto, y al verlo me llené de furia. Lo vi con claridad perfecta, entero de
un azul mate, y cubierto por la horrorosa nube que me helaba hasta la médula de
los huesos. No podía ver nada más; ni la cara ni el cuerpo del anciano. Sólo
existía aquel ojo obsesionante.
Una vibración débil,
continua, llegó a mis oídos, semejante al tic-tac de un reloj... Era el corazón del viejo que latía, y este
sonido excitó mi furia, me controlé, respiraba apenas, y sostenía quieta, entre
las manos, la linterna.
El pánico de aquel hombre
debía ser monstruoso...
La hora del viejohabía llegado...
El viejo dejó
escapar un grito, un solo grito...
Entonces sonreí, ufano, al
ver tan adelantada mi obra. No obstante, el corazón aún latió…
Finalmente, cesó todo: el
viejo estaba muerto, Sí, estaba muerto. ¡Muerto como una piedra! Afirmé mi mano en su corazón sin advertir
ningún latido ¡En lo sucesivo su ojo de buitre no podría atormentarme!
A los que insistan en
creerme loco, les advierto que su opinión se desvanecerá cuando les describa
las inteligentes medidas que adopté para esconder el cadáver.
Primero corté la cabeza y
después los brazos; luego, las piernas y deposité los restos bajo el piso de madera.
Terminado este trabajo con tanta destreza que ningún ojo humano, ni siquiera el
del viejo, podría descubrir allí algo inusual. Ni siquiera una mancha de
sangre.
Un vecino
había escuchado un grito en la noche, y esto lo hizo sospechar que podía
haberse cometido un homicidio, por lo cual estampó una denuncia en la
Comisaría.
—El grito
—les expliqué— lo lancé yo, soñando... El anciano se encuentra viajando...
-Los
agentes parecían satisfechos. Mi actitud les convencía,
Pasado un
rato se escuchó un zumbido nítido y rítmico, volviéndose cada vez más
perceptible. Comencé a hablar atropelladamente, Pero este sonido persistió, reiterándose de un modo tal, que no
tardo en descubrir que el ruido no nacía en sus oídos.
Aquel sonido que aumentaba,
"aquella vibración semejante al tic-tac de un reloj…
El tic-tacse elevaba ¡Todo era inútil! El latido crecía,
crecía más. ¿Por qué ellos no querían marcharse? Pero el latido lo
dominaba todo, y se agigantaba indefinidamente.
Los hombres continuaban
conversando, bromeando, riendo. ¿Sería posible que no oyeran?
-¡No, no! ¡Ellos oían...
sospechaban! ¡Sabían!¡Sí, sabían, y se estaban divirtiendo con mi
terror!
¡Ya no podía tolerar por más tiempo sus hipócritas sonrisas, y me
di cuenta de que era preciso gritar o morir, porque entonces...! ¡Préstenme
atención, por favor!
— ¡Miserables! —exclamé—. ¡No
disimulen más! ¡Lo confieso todo! ¡Arranquen estas tablas! ¡Aquí, está aquí!
¡Es el latido de su implacable corazón!
Esta novela me monta a los años, en donde el sombrero de copa, era la sensación para los hombres y aún están en uso, aunque no en la misma medida que en su época.
El trama principal de la novela es que este sombrero de copa era utilizado en la ópera y para viajar; de esta forma se podía viajar más fácilmente con él y durante la ópera se guardaba en un compartimento debajo del asiento.
El personaje asesinado contaba con un sombrero de copa y el día del homicidio lo guardo exactamente debajo de su asiento...
Es ahí donde esta la clave para resolver el problema.
Nos habla de el misterio de un asesinato, relacionando las cosas, las personas, los tiempos, etc.
Recomendado para las personas que les atrae aquellas cosas de misterio, de casos policiacos y de intriga.
No se si los elementos que te da el personaje principal (Elley Queen), son suficientes para resolver aquel misterio, siendo esto un gran desafío para mi como lectora, llevándome a la intriga de: ¿Quién lo mato?...
Estas pequeñas cosas hacen que te adentres a la lectura y que sea interesante encontrar al responsable de dicho crimen.
miércoles, 19 de marzo de 2014
Amores Mexicanos
Este libro Narra los amores que vivieron grandes personajes, la mayoría héroes nacionales como Hidalgo, Allende, Iturbide, Santa Anna, Lafragua, Bocanegra, Bazaine, Miramón, Juárez, Acuña, Zapata, Don Porfirio, Quintana Roo.
Nada más por darles una probadita, voy a compartirles el siguiente texto. “Pocos saben que la pareja formada por don Miguel Domínguez, corregidor de Querétaro, y su esposa, doña Josefa Ortiz, vivió una intensa y tórrida historia de amor que se consumó antes de que contrajeran matrimonio. En efecto, tuvieron una hija nacida exactamente un año antes de que el enlace se celebrara. La boda se efectuó estando Josefa en el octavo mes de embarazo del segundo hijo, razones por las cuales el matrimonio hubo de realizarse en secreto.
Triunfante su gran amor, ¿quién, pues, pensaría que con el tiempo uno de los cónyuges pudiera ser infiel? Y no por cierto el corregidor que, varón al fin, bien lo pudo haber sido, sino ella, su mujer, de la que se dice llegó a fijarse en otro caballero. El afortunado tercero en discordia resultó ser nada menos que un hombre de mundo, experto en cuestiones de mujeres, don Ignacio Allende. Sí, este gran héroe, que por su parte también se apasionó de la señora corregidora.
Él, un viudo, con varios hijos fuera de su legítimo matrimonio, parecía pretender a la hija quinceañera de los Domínguez, siendo que en realidad se utilizaba este pretexto para que el capitán de dragones, que andaba por los cuarenta años de edad, tuviera libre acceso a la casa de don Miguel. En aquellos días, este comportamiento de Allende fue motivo de escándalo público, al grado de que el ofendido corregidor, disgustado con su esposa, que también frisaba los cuarenta, tuvo que intervenir para detener las frecuentes visitas del militar; que le acarreaba la mofa de la población.
Todo induce a pensar que el idilio clandestino floreció al parejo que se celebraban las reuniones secretas en las que se preparaba la independencia. Como es sabido, al ser descubierta la conspiración, doña Josefa, ya encerrada en una habitación, se las arregló para poner sobre aviso a los principales caudillos del movimiento, y fue enfática al mandar prevenir a Allende sobre las acechanzas de las autoridades que lo buscaban para aprehenderlo.
Por supuesto cabe suponer que ella cumplió con su inolvidable papel en esta historia, no tanto por la preocupación de que la independencia se retrasara, sino por el temor justificado de que fuera hecho prisionero el hombre al que ocultamente amaba. Finalmente el resultado es el mismo; la Corregidora desempeñó magistralmente su cometido histórico, y lo único que interesaría aclarar es el motivo que la impulsó a realizarlo: el amor a la patria o el amor a un hombre.
Misterios de los tiempos y del velo que se ha echado encima de ellos para ocultar quién sabe cuántas cosas. Pero queda la gran duda, ya que en el convento donde estuvo prisionera doña Josefa durante algún tiempo, y donde posteriormente fue sepultada, vivió muchos años después como religiosa una hija de Allende, la que jamás dijo nada acerca del nombre de su madre, que permaneció en secreto por siempre.
Sin tener relación alguna, llama la atención el hecho de que, coincidentemente, doña Josefa tenía tres meses de embarazo en ese glorioso septiembre de 1810.
Se los recomiendo ampliamente ya que me pareció un muy buen libro espero que lo lean.
Villalpando, José Manuel (1998). Amores mexicanos. México: Planeta.