El
Mausoleo a Los Elegidos
Porfirio Díaz llego a la
presidencia en 1876 y tras siete reelecciones llego a 1911 (con un lapso
1880-84 que “presto” la presidencia a Manuel Gonzáles).
El dictador oaxaqueño – admirador
de Europa y sus palacios dejo en la ciudad fastuosos edificios como el Palacio
de Correo, Hemiciclo a Juárez, etc. E inicio el Nuevo Palacio Legislativo a principios
de siglo. Al triunfar Madero se suspendió la obra hasta la presidencia de
Abelardo Rodríguez (1932-34) que por medio del arquitecto Carlos Obregón
Santacilia aprovechó la cúpula para hacer un monumento a la Revolución.
Lázaro Cárdenas en 1938 fue quien
la concluyo ya como Mausoleo a los Elegidos: Venustiano Carranza, Francisco y
Madero, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y Francisco Villa.
Se dice que faltan dos: Emiliano
Zapata y Álvaro Obregón o que sobra uno: Francisco Villa.
A finales del siglo XIX Porfirio Díaz
convoca un concurso internacional para obtener “su” Palacio Legislativo. El
supuesto ganador fue Paolo Cuaglia, pero murió antes de comenzar su obra. Se
llama a un segundo concurso, pero ante lo dudoso del primero se presentan muy pocos,
y como era de esperar Porfirio Díaz decide “a su manera” por el frances E.
Bernard y la primera piedra se coloca en el Centenario de la Revolución en
Septiembre de 1910. Dos meses mas tarde desde el norte de la republica
Francisco y Madero bajo la bandera “SUFRAGIO EFECTIVO NO REELECCIÓN” obliga a
la renuncia de Díaz en Mayo de 1911 y por ende se suspende la obra.
El artista Oliverio G. Martínez
fue el responsable de las figuras que representan: la Independencia, las Leyes
de Reforma, las Leyes Agrarias, y las Leyes obreras que se encuentran dentro
del palacio.
Ramírez Langle, Arturo, 1996, "El
Mausoleo de Los Elegidos", México D.F., Edit. Compañía Editorial impresora
y Distribuidor. S.A, pp. 368.
2 comentarios:
Creo que a través de este libro conoces un poco más de lo que cuentan los libros de historia, vaya desde otra perspectiva pero con la misma esencia :3
Esta muy interesante tu reseña, es cierto lo que menciona Lesli, ya que en nuestras clases de historia abarcan ciertos temas pero con un cierto punto de vista y la mayoría son parecidos, pero en este libro se ve desde otro punto de vista.
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