domingo, 3 de abril de 2016

LA MARISCALA

LA MARISCALA
Una gran historia de amor en la corte de Maximiliano y Carlota.


Está historia fue escrita por Guadalupe Loaeza y Verónica González Laporte, es una historia que se da en el siglo 19 la cual implica amor y tragedia en la vida de una jovencita mexicana de nombre  Josefa de la Peña de diecisiete años y su romance con un militar francés de nombre Achille Bazaine. 

Ella era una adolescente de buena familia, él un militar que le reportaba directamente a Napoleón, pero como en toda historia de amor siempre hay un obstáculo en este caso era la diferencia de edades , él tenía 54 años y ella 17, pero claro ellos no dejaron que eso afectara y así comenzó una apasionada historia de amor que se unió con una elegante boda apadrinada por el emperador Maximiliano de Habsburgo y la emperatriz Carlota. 

Sin embargo, el destino le tiene deparada una historia distinta a la Mariscala, lejana al lujo una vez que en Francia su esposo es acusado de traición a la patria. 

Está historia me pareció llena de amor en especial de la Mariscala hacia su marido, su entrega total, ella se expone al ayudarlo a escapar de la cárcel, hace hasta lo imposible por él.


También como fue una historia real me entró la curiosidad y busqué información de los dos protagonistas de esta historia y encontré que en Francia a el mariscal Bazaine lo consideraban un traidor por haberse rendido sin pelear ante los prusianos, lo que adelantó la derrota de los galos ante el temible ejército alemán. Además como datos curiosos encontré que él tuvo cuatro hijos con Pepita. Dos nacieron en México. El primogénito fue ahijado nada menos que de Maximiliano y Carlota. La única hija del matrimonio se llamó Eugenia, como su madrina, la emperatriz de Francia. El último de sus hijos, el que ya no alcanzó a nacer en México, llevó el nombre de Alfonso en honor a su padrino, el rey de España Alfonso XII.

Al quedar marginada la familia en Francia por la traición de Bazaine en la guerra contra Prusia, Pepita emigró a México. Su hijo Alfonso llegó a formar parte del ejército mexicano en el Porfiriato. Pero fue dado de baja por querer defender la actuación de su padre durante el Imperio.

Pepita, vestida de heroína al sacar a su esposo como una amazona de una cárcel en Francia, volvió a su patria totalmente empobrecida, pero con la manía de querer hablar siempre en francés. Murió en la más absoluta miseria, después de haber sido en México, por un corto período de tiempo, más influyente que la mismísima emperatriz Carlota.




No hay comentarios: